viernes, 18 de febrero de 2011


"El Juicio"


Deseo contarles un episodio que tuvo lugar hace ya varios años.
Supe que una persona de mi confianza había cometido una acción que me pareció en su momento aberrante, acorde a la educación que me había sido impartida.

En cuanto me fue posible, le pregunté a mi Ser Superior su opinión al respecto. Escuché atentamente "La Voz" que me decía:

- "Para esa persona no hay condena" - y para mis adentros pensé...

- "Claro es muy fácil para él decir eso; total en la dimensión donde se encuentra, se halla tan a gusto que ni cuenta se da de lo terrible del acto".

Luego "La Voz" prosiguió -" Ni hay piedad" -

¿"Cómo? - ¿qué es eso de que no hay piedad? - me pregunté asombradísima, ¿acaso allá no son
magnánimos ? - ¿cómo me dice que no hay piedad"?

-" Porque no hay juicio" - concluyó de forma terminante.

Tal respuesta constituyó y lo sigue haciendo: una lección imborrable.
No es sencillo limpiar años de condicionamiento tendientes a adquirir perfección, dentro de la habitual polaridad del Bien y del Mal que existe en éste planeta.

Me consta por mi trabajo conmigo y las demás personas, que todos hemos sido alguna vez, santos y pecadores, y que nos definen mejor las luces junto a las sombras.
Ese "darme cuenta" me ayuda por completo a comprender mejor a mis semejantes y donde existe comprensión, existe el Amor,
y cuando está el Amor presente, todo juicio se desvanece...

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