domingo, 27 de julio de 2014


Tomás Eloy Martínez: una pasión que burló los límites de la ficción y la realidad


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El escritor tucumano hubiese cumplido hoy 80 años; la influencia en las letras y el periodismo de un hombre con gran pluma que sabía observar y escuchar, según el testimonio de cinco intelectuales que palpan su legado de cerca
Por   | Para LA NACION
"Soy como escribo, soy lo que escribo", cuela Tomás Eloy Martínez entre los párrafos de El vuelo de la reina, una novela que puede leerse como un manual de periodismo. Cada uno de los textos de este escritor y periodista tucumano es una reflexión sobre los límites de la ficción y de la realidad.
Hoy Martínez hubiese cumplido 80 años, y sus siete hijos -Tomás, Gonzalo, Ezequiel, Paula, Blas Eloy, Javier y Sol-Ana-, al frente de la activa Fundación que lleva su nombre, lo recordarán con una muestra que recorre su obra. Además, gracias a la minuciosa tarea de Ezequiel, se celebra este aniversario con la publicación de Tinieblas para mirar (Alfaguara), que reúne cuentos inéditos de TEM.
Su presencia se palpa en el ámbito académico, en las escuelas de periodismo de América latina, así como también en las facultades de Letras, que analizan su obra. Incluso, y como broma del destino, Martínez, quien convirtió en personajes a personas de carne y hueso, se ha transformado en una criatura de ficción en la obra de teatro Café irlandés, de Eva Halac (actualmente en cartel en el teatro La Comedia).
Buscó comprender fenómenos clave del poder y de la política argentina, desmenuzando los mitos de nuestra identidad. Enemigo de la pirámide invertida y eterno insatisfecho de los resultados del periodismo objetivo, fue un exponente y una voz nítida del nuevo periodismo, e incluso fue más allá de estos postulados. Martínez utilizó las técnicas del periodismo para concebir algunas de las ficciones más preciosas de la literatura contemporánea nacional. Los hilos de las ficciones La novela de Perón (a quien entrevistó durante su exilio en Madrid) y de Santa Evita constituyen un ejemplo acabado de lo que llamó, en una famosa entrevista con Juan Pablo Neyret, "licencia para mentir". Para él, porque no hay universo más fértil y maravilloso que la realidad.
Testigo privilegiado de su tiempo, por los poros de sus textos respiran y claman almas tan inquietas como la suya, sentencia en el prólogo de Lugar común la muerte la esencia de la raza humana: "Somos de las pasiones, no ellas de nosotros".
En un día que se constituye como un homenaje, y a cuatro años de su muerte, cinco intelectuales -amigos, profesores, discípulos, periodistas y escritores- dan testimonio y reflexionan sobre la influencia de Tomás Eloy Martínez. ¿Cuál fue el legado de TEM en la literatura y el periodismo? ¿Y qué marca -además-dejó grabada en cada uno de ellos?

JUAN CRUZ RUIZ

Profesión: periodista y escritor Origen: español. ß Cofundador del diario El País. Miembro del Comité de Honor de la Fundación TEM
Su legado en la literatura fue el ritmo con el que fabula;la precisión de sus ficciones; la capacidad para crear personajes creíbles que trascienden lo narrativo para convertirse en seres reales cuyas conversaciones y hechos parecen reales también. Es un narrador milagroso. En el periodismo, su legado está en la precisión y el ritmo; la capacidad para articular sus narraciones estrictamente periodísticas como si fueran cuentos de Borges o de García Márquez; la capacidad simbólica de la que se dota para trascender lo meramente real y darle significado metafórico. Es un retratista excepcional. Sin Lugar común la muerte el periodismo en español del siglo XX estaría cojo o impreciso.
¿Qué influencia ejerció en mí? La búsqueda de la nobleza aun en los peores momentos; su risa mesurada; su amabilidad sin afectaciones; su respeto por lo que decía el otro, su respeto por los oficios que ejerció; sin él yo respetaría menos el periodismo y me sería más ajena la literatura.

JORGE CARRIÓN

Profesión: periodista y escritor. Origen: español.
Codirector del Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Dictó un curso en la Argentina con el respaldo de la Fundación TEM
El legado de Tomás Eloy Martínez es único, no se puede dividir entre el periodismo y la novela: la literatura de no ficción, el periodismo literario, el contagio fértil y mutuo. Además es un legado no sólo inmaterial, simbólico o textual, sino que también tiene materia, es físico, gracias a la Fundación TEM, que precisamente ha creado con sus actividades puentes entre la ficción y la no ficción.
Sus dos novelas más importantes, Santa Evita y La novela de Perón, me permitieron entender un poco mejor la Argentina. Las leí cuando vivía en La Boca y en Rosario. Es curioso: en España es mucho menor su presencia que en América latina. Me he sentido cerca de él tanto en la Argentina como en Venezuela.

WASHINGTON CUCURTO

Profesión: novelista y poeta Origen: argentinaß Amigo de Martínez
Dejó una de las de las obras más interesantes de la literatura nacional y del periodismo latinoamericano y mundialSanta Evita quizá sea el libro más importante de la lengua castellana, y lo digo sin exagerar. Su legado en el periodismo todavía no se puede apreciar en toda su magnitud. Pero es el mismo que dejó Roberto Arlt en su época. Junto a Rodolfo Walsh, es el gran inaugurador del periodismo comprometido de la segunda mitad del siglo XX, con una prosa como ya no queda, con un talento avasallador. Inauguró un periodismo moderno, ultraculto, con una rica tendencia democrática, muy respetuoso del lector.
Era un tipo fuera de serie, muy afectuoso y atento. Estoy orgulloso de haberlo conocido, fue una de las mejores cosas que me sucedieron en la vida. Estoy feliz de que Tomás sea argentino, porque con su vida nos dio una lección de humanidad a todos. Su influencia más grande fue todo el amor que recibí. Era un tipo inteligente, tenía la sabiduría y la tranquilidad de los que han dejado todo dentro de la cancha y que pelearon mil batallas. Me hubiese encantado conocerlo a los 10 años y no a los 35. Así lo disfrutaba más. Pienso mucho en él y eso me da mucha fuerza.

SANTIAGO GAMBOA

Profesión: escritor y periodista Origen: colombiano. Presentó su novela Plegarias nocturnas en la Fundación TEM.
Su obra se sitúa en ese espacio o territorio común que comparten la literatura y el periodismo, en donde cada una de ellas le aporta lo mejor a la otra: la veracidad, el principio de realidad del periodismo, con la mejor prosa y el sentido dramático de la literatura. En sus novelas y en sus crónicas las historias se narran con las armas de la novela, es decir, el sentido de la temporalidad, el punto de vista, la velocidad de la acción, lo cual se nutre con una extraordinaria investigación previa y un trabajo de campo notable, en la mejor tradición de, por ejemplo, un Rodolfo Walsh. Cuando García Márquez dijo que la crónica era un género literario, pensaba en autores como Tomás Eloy. Su legado es enorme. Está detrás de autores como Martín Caparrós o Juan Villoro, que conjugan la crónica con la literatura y continúan estableciendo puentes entre la literatura y el periodismo escrito de la crónica. Todos los novelistas que escribimos crónica, en América latina y España, debemos pasar obligatoriamente por las obras de Tomás Eloy, del mismo modo en que los anglosajones pasan por las obras de Capote o de Tom Wolfe. Es nuestro clásico en ese mundo, uno de los que mejor describen la relación entre la escritura y la realidad.

KARINA GALPERÍN

Profesión: doctora en Letras y profesora de literatura de la Universidad Di Tella. Origen: argentina.Enseña la obra de TEM, con quien trabajó.
Su legado fue haber contribuido a abolir, con su propia pluma, la distinción entre literatura y periodismo, donde a la literatura se la consideraba del lado del arte y al periodismo, de la escritura efímera y coyuntural. Sus mejores textos dejaron en claro que la escritura sobre hechos y personas reales, producida con los tiempos del periodismo y publicada originariamente fuera del formato libro, tiene el mismo potencial artístico que la ficción y su misma capacidad de revelarle al lector aspectos insospechados de la experiencia. Sabía escribir muy bien, pero sobre todo sabía observar y escuchar, y tenía un don particular para la entrevista.
En lo personal, guardo un lindísimo recuerdo de él. En 1991 me invitó, junto con otros entonces jóvenes estudiantes de Filosofía y Letras, como Sergio Olguín y Pedro B. Rey, a escribir reseñas bibliográficas en el suplemento cultural de Página 12, que él dirigía. Era un lugar de prestigio, él ya era muy reconocido y, sin embargo, fue enormemente generoso con nosotros. Nos dio una gran libertad para elegir libros y para expresar nuestros juicios, que no siempre coincidían con el suyo.

EL RECUERDO EN LUGAR COMÚN, LA PALABRA

  • Hoy, con motivo del 80° aniversario de Tomas Eloy Martínez, la Fundación TEM, que dirigen sus hijos, inaugura una muestra con destino itinerante, realizada gracias a un subsidio del Fondo Metropolitano del Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, en la sede de esa institución en Boedo (Carlos Calvo 4319), donde Jorge Luis Borges trabajó durante muchos años como bibliotecario.
  • La exposición Lugar común, la palabra, recorre la vida y la obra del autor a través de diez ejes temáticos: Sus primeros años en Tucumán; La vocación por el periodismo; La crónica y la invención de la realidad; Cartografías del exilio; Sus novelas, de lo sagrado a lo profano; Ficciones peronistas: La novela de Perón; Ficciones peronistas: Santa Evita; Entre la academia y las redacciones; Los otros, los nuestros, y El legado imborrable.
  • Acompañan la exhibición gráfica una instalación sobre su vieja máquina Remington (la última que tuvo antes del exilio y donde escribió Sagrado y La pasión según Trelew). También se exhiben primeras ediciones de todas sus obras, documentos y libretas de apuntes, entre otros objetos.
  • A partir de la semana próxima, la muestra estará abierta de lunes a viernes, de 15 a 20.www.fundaciontem.org .
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miércoles, 16 de julio de 2014

Murió el artista plástico Rogelio Polesello


Tenía 75 años
Pintor y escultor, fue un referente del arte óptico. Será velado desde mañana en la Legislatura Porteña.
A los 75 años, murió el artista plástico Rogelio Polesello, uno de los principales exponentes del arte óptico no sólo en Argentina sino también en Latinoamérica, que pintó desde un gran mural en el Aeropuerto de Ezeiza hasta el Volkswagen 1500 que corría en la categoría TC2000 en 1988. Todo, siempre, con mucho color, y muy apreciado por la crítica: su trabajo le valió reconocimientos como el Premio George Braque que otorga el Museo Nacional de Bellas Artes, dos Premios Konex, y el Premio del Salón Nacional de Artes Plásticas, entre muchos otros.
En sus obras abstractas, Polesello descompuso las formas geométricas a su gusto. Y esa descomposición lo llevó a trabajar también con paneles de acrílico en los cuales "cavaba" lupas: quien se haya cruzado con alguno de esos grandes plásticos, jugó a verse deformado en el espejo del otro lado, a verse atravesado por un funcionamiento distinto de los ojos y de todos los sentidos.
Una de las últimas grandes obras que inauguró el artista fue su monumento a los Héroes de la Batalla de la Vuelta de Obligado, en noviembre de 2010: a orillas del Paraná y cerca de San Pedro, dejó grandes cadenas de hierro, inspiradas en las que se usaron en 1845 para detener el avance de la flota anglo-francesa.
De Polesello, que será velado desde mañana a las 8 en la Legislatura Porteña (Perú 130), quedan sus obras, el recuerdo de un artista que no pasaba desapercibido ni por su trabajo ni por su presencia extravagante a fuerza de elegancia y chalinas, y una invitación concisa: mirar al mundo de otra manera.

domingo, 13 de julio de 2014


Nuevos paisajes increíblemente diminutas pintadas de la alimentación humana por Hasan Kale 

New Impossibly Tiny Landscapes Painted on Food by Hasan Kale painting miniature landscapes Istanbul food
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New Impossibly Tiny Landscapes Painted on Food by Hasan Kale painting miniature landscapes Istanbul food
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De las cáscaras de cebolla a semillas de kiwi o incluso trozos de chocolate, parece cualquier lienzo es suficiente para el artista turco Hasan Kale ( anteriormente ), siempre y cuando cumpla con el requisito de ser increíblemente pequeña. Hasan se deleita en el reto de representar paisajes de su país natal, Estambul, en la más ínfima de las pinceladas, una hazaña que requiere el uso de una lupa para apreciar los detalles de cada pieza. Mientras que la longevidad de cada objeto que pinta es cuestionable, la firmeza de su mano es impresionante de ver. Ver más sobre el Facebook . (A través de la ilusión )
COLOSSAL

miércoles, 9 de julio de 2014



Julio Le Parc: un juego de luces, frente a los ojos de los demás





A 14 años de su última retrospectiva en el país, el argentino radicado en Francia despliega en dos salas del Malba el conjunto de instalaciones lumínicas que mejor lo definen; Lumièrese podrá ver hasta octubre
Por   | LA NACION
Disfruta tanto de la relacción directa entre la obra artística y el público, que uno de sus desvelos es que haya un "libro de oro" para que la gente pueda dejar sus impresiones en el vestíbulo del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, donde se desarrollará la muestra Lumière, desde pasado mañana y hasta el 6 de octubre.
Desde el inicio de su carrera, allá por los 60, Julio Le Parc ha privilegiado el trato directo con el espectador, relegando la opinión de críticos, coleccionistas o directores de museos. Le cabría perfectamente la definición de moda: "democratizador", en este caso, del arte.
Espigado, con sus infaltables boina y bufanda negra y la picardía intacta, Le Parc recorrrió ayer con LA NACION las dos salas en las que se podrán ver sus trabajos sobre la luz creados en las décadas del 60 y del 70 en París, y que pertenecen a la colección Daros Latinamericana, con sede en Zurich y casa de exposición en Río de Janeiro, donde se vieron durante casi todo el verano.
Es la cuarta retrospectiva de su vasta obra en nuestro país y en el Malba, que ya atesora algunos trabajos suyos. Da respuestas tan sencillas que pareciera un espectador más de su propia creación y se permite fantasear con la posibilidad de jubilarse, aunque sabe bien que no se retirará jamás.
La exposición que llega a Buenos Aires está integrada por 17 proyectos. Es algo más chica que la de Casa Daros, en Botafogo, por la que pasaron unas 55.000 personas a conocer 32 instalaciones cinéticas y lumínicas. Y es bastante más chica que la del Palais de Tokyo, que incluyó otras temáticas y propuestas de su trayectoria y por la que desfilaron 170.000 espectadores en menos de tres meses.
Evita hablar de sí mismo y se enfoca en sus proyectos. Para referirse a Le Parc, hay que hablar con Hans-Michael Herzog, director artístico y curador de la Colección Daros Latinamericana, que sigue la entrevista con esta cronista, acostado sobre un amplio camastro para observar en detenimiento la obra Continuel-lumière au plafond, que pende del techo y mide cuatro metros de ancho por cuatro metros de largo. "Es uno de los mejores artistas del siglo XX en este campo del arte cinético. Todo sale de la nada, hecho a mano y con años de experiencia", sentencia Herzog. Y califica la propuesta de "existencialista, lúdica e inestable". "Entre otras muchas consideraciones que podemos hacer de la obra de Le Parc, debemos señalar que es lúdica, y una muestra sobre la memoria. Cada espectador la sentirá de una manera distinta porque todo es magníficamente inestable."
A pocas horas de la apertura al público, el próximo sábado, faltan pocos detalles de terminación de la puesta en escena de la muestra. Las salas están listas para ser recorridas, se está terminando de instalar las vitrinas con objetos y los vinilos de la línea de vida que ilustrarán al público sobre la trayectoria del artista. Las tres obras en colores que acompañarán el trayecto entre el ingreso al museo y la llegada a las salas también están a punto de deslumbrar.
-Dos veces habló de su interés por que haya un "libro de oro", ¿surgen de allí ideas para otros trabajos?
-Sí, pueden surgir o pueden crear interrogantes viendo cómo la gente recibe tal obra que uno ha imaginado de una manera y que se la toma de otra, que no era el objetivo. Si alguien dice "es el firmamento", yo no hubiera imaginado que podía ser el firmamento. Alguien puede decir que son extraterrestres o espíritus o fantasmas. Para mí son luces que se mueven en forma aleatoria.
-¿Y esos comentarios no lo hacen soñar con algo menos concreto que una luz que se mueve en forma aleatoria?
-Sí, me pueden hacer soñar cuando voy a cualquier exposición en la que me pongo en actitud contemplativa o participativa y veo las cosas como cualquier otro expectador.
-¿El vínculo con el espectador es el que más le importa?
-En general, el público tiene una gran capacidad de observación, de comparación, de reflexión, de admiración según los casos y cuando se le da la ocasión de manifestarse lo hace muy bien.
-¿Cómo se siente exponiendo en la Argentina?
-Siempre con mucha esperanza. En Mendoza hice dos exposiciones grandes y hay un centro cultural Le Parc con una esfera roja muy linda, muy grande. Para lo que he propuesto, creo que el público es muy receptivo.
-¿Puede llegar a abstraerse y ver arte como un espectador que no está dedicado al arte?
Sí, y creo que es fundamental. Lo que no me gustaría ser es un artista obtuso que piensa que lo único que es buen arte es lo que hace y lo de los demás no es bueno, que no necesita ser mirado ni considerado. Hay algunos artistas que son muy obtusos y que es su tendencia, fuera de ella no hay nada.
-El manejo del ego propio es bastante difícil.
Cualquier tendencia, cualquier medio expresivo, puede tener cosas que me lleguen a mí sin quedarme limitado.
-¿Cómo es Le Parc como público?
-[Se ríe anticipadamente porque sabe que la respuesta busca complacencia]. Me duelen las rodillas, estoy viejito. Voy a exposiciones, pero no todos los días. A veces, por su promoción personal, la estrategia de ciertos artistas es hacerse ver; hay gente que busca la cámara a cualquier precio. A veces forma parte de su idiosincrasia o de su personalidad. Y a veces puede ser divertido o simpático. Pero en mi caso no voy a hacer verme ver por los directores de museos, los comisarios, los curadores. Si voy es porque son amigos o porque me interesa la muestra.
-Teniendo en cuenta que la exposición en el Malba es de las décadas del 60 y del 70, ¿cuál es la actualidad de Le Parc?
-Siempre estoy trabajando en temas variados y esperando la jubilación.
-¿Qué haría un día como jubilado?
-Un autorretrato [se ríe largamente]. Me arruinaste el día si me decís que un artista no se jubila. La condena a seguir trabajando siempre uno la sabe desde el principio. Mientras uno pueda tener un lápiz a mano...
-¿Qué piensa cuando no piensa en arte?
-En mis objetivos inmediatos, en qué voy a hacer. Ahora [dice mientras el reloj marcan las 16.30] pienso en ver el partido de Brasil y Alemania, y que gane Brasil.
Lumière, inaugura pasado mañana, en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. Abierta al público del 12 de este mes al 6 de octubre, de jueves a lunes, de 12 a 20. Entrada, $ 50 (miércoles, mitad de precio). Estudiantes, docentes y jubilados, $ 25. Socios Club La Nación Premium, 2x1.

MUCHO COLOR PARA RECIBIR AL PÚBLICO

  • Entre el acceso al Malba y las salas en las que se exhibe la obra de Le Parc, el público podrá disfrutar de tres trabajos que parecen darle la bienvenida e invitarlo a recorrer todo el museo.
  • Esfera amarilla, una suerte de "sol argentino", como le gusta definirlo a Yamil Le Parc, hijo del artista, flotará sobre las escaleras de acceso a las salas de la planta baja del espacio cultural.
  • Dos obras de acero inoxidable completarán la muestra. "Espejos" estará ubicada en un área cercana a los espacios específicos dedicados a Lumière y "Láminas reflectoras" será instalada en la terraza del museo. De esta manera, todo el Malba tendrá un aire Le Parc que acompaña la exhibición de la colección permanente de arte latinoamericano.

DE MENDOZA AL MUNDO

En su provincia natal sólo vivió sus primeros 14 años

JULIO LE PARC

ARTISTA PLÁSTICO
Edad: 86 años
Origen: argentino
  • Nacido en Mendoza, donde en su honor se inauguró el año pasado el Centro Cultural Julio Le Parc, hizo sus primeros estudios en Buenos Aires y, por medio de una beca del Servicio Cultural Francés, llegó a París en 1958, donde reside hasta la actualidad.
  • En 1960, fundó junto con otros artistas el Grupo de Investigación de Artes Visuales (GAV). Seis años más tarde, en 1966, obtuvo el Gran Premio Internacional de Pintura de la 33ª Bienal de Venecia.
  • A lo largo de su trayectoria, hizo sólo tres grandes muestras de sus obras en la Argentina. En el Instituto Di Tella, poco después de la distinción de Venecia; en el Palais de Glace y en el Museo Nacional de Bellas Artes, y en Mendoza y en Córdoba entre 1999 y 2000.
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