viernes, 30 de agosto de 2013

Apostar por el arte: cada vez más inversores financian a artistas

Por el cepo y la inflación, pequeños ahorristas deciden resguardar sus pesos convirtiéndose en mecenas de jóvenes pintores
Por   | LA NACION

Ignacio Oroná tiene 31 años, es analista de sistemas y hace unos cinco meses decidió darle un curso impensado a su dinero.
Por el momento, le resulta difícil pensar en juntar lo que cuesta un departamento. Por eso, ahora, invierte en arte. Mejor dicho, ahorra en arte: se convirtió en mecenas de un artista. Todos los meses le hace una transferencia de unos 500 pesos y a fin de año recibirá una obra de Enrique Tazelaar, un joven pintor que lo deslumbró con sus colores.
"A fines del año pasado acompañé a un amigo a un evento. Yo creía que era un remate. Pero no, era el evento anual en el que los mecenas recibían las obras para las que habían aportado mensualmente. Me encantó la idea. Me pareció una manera genial de comprar arte y, a la vez, invertir", cuenta Ignacio.
Su caso es cada vez más común. Según surge de los números que se manejan en el mercado, el cepo y las restricciones cambiarias acercaron al mercado del arte a una gran cantidad de nuevos adeptos. Llegan interesados principalmente en la posibilidad de colocar su dinero en un bien que no se devalúe, no tenga gastos de mantenimiento y, eventualmente, permita hasta duplicar la inversión.
"Hoy, el 60% de los compradores son personas que no tienen en su haber más de una o dos obras y que conocen muy poco del tema", describe Ignacio Gutiérrez Zaldívar, de la galería de arte Zurbarán.
Sin embargo, comprar arte para invertir o incluso para ahorrar se ha convertido en una fantasía común, sobre todo para la clase media porteña. El perfil, dicen, es el del pequeño ahorrista, ese que compraba un departamento como inversión.
Las subastas de obras de arte se presentan particularmente atractivas. Augusto Giménez Zapiola es productor de cine. Nunca había comprado arte. Hace unos años adquirió su primera obra en arteBA, sorprendido al descubrir que el arte estaba más a su alcance de lo que había pensado. Compró una pintura de Felipe Giménez por 800 pesos. La quiso para colgar en su casa. Pero fue un camino de ida. "Era posible comprar arte a precios no delirantes", advirtió. A partir de entonces, lo intrigó la manera de conseguir obras de renombre, pero a precios accesibles. Su ojo de inversor lo llevó a participar por primera vez en una subasta: la del Museo Sívori. Sin ninguna experiencia previa, empezó a levantar la mano y en poco tiempo se hizo de más de 40 obras, desde un Alonso por el que pagó unos 10.000 pesos hasta un Cogorno, por 20.000. Ahora se prepara para participar del remate a beneficio que el museo realizará el próximo martes, a las 19, donde saldrán a la venta obras de grandes maestros, como Antonio Berni, León Ferrari, Leopoldo Presas, Libero Badii, Santiago Cogorno, Marta Minujín, Víctor Chab, Alberto Greco, Oscar Vaz, Onofrio Pacenza, y los más prestigiosos artistas contemporáneos, como Guillermo Roux, Adolgo Nigro, Juan Doffo, Blas Castagna, Silvina Benguria, Gustavo López Armentía, Alberto Bastón Díaz, Raúl Farcó, Jacques Bedel y Luis Wells, entre otros.
Esas 95 obras se exhiben en el museo y algunas de ellas saldrán a subasta sin base y al mejor postor. El resto de los lotes arrancará con una base que resulta entre un 20 y 30 por ciento menor que el valor del mercado.
"Las artes plásticas siguen alentando a nuevos coleccionistas a adquirir obras como forma de inversión. Un cuadro o una escultura de firma no sólo representan un objeto estético, sino una opción redituable a largo plazo, y a la que hoy se puede acceder en pesos argentinos", apunta la vicepresidenta de la Asociación de Amigos del Museo Sívori, Lys Grimaldi.
El mercado del arte mueve unos 1000 millones de pesos al año. Según la Asociación Argentina de Galerías de Arte, desde 2011 se incrementó 35% la cantidad de obras vendidas. En abril, mayo y junio últimos, las subastas de arte han movido unos 36 millones de pesos, según la revista Trastienda. Se subastaron 1331 obras, a un valor promedio de 30.000 pesos cada una. Las más recientes fueron la de Make-A-Wish, a beneficio, y la del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, hace tres semanas. No soy tan joven como para saberlo todo , una acuarela sobre papel realizada por el grupo Mondongo, se vendió en 37.000 pesos. En total, se comercializaron obras por 700.000 pesos. Claro que la franja de los nuevos compradores, aquellos que se acercan al arte como inversión, se planta mucho antes. En los 5000. Tal vez en los diez. La ilusión siempre está puesta en la posibilidad de capitalizar la inversión. Comprar barato y vender caro, en dólares. Y allí es donde los nuevos compradores apuestan a los llamados "artistas emergentes". Pero para que esto ocurra hay que conocer el paño.
"Hay mucha gente que tiene ganas de meterse, pero que no es usualmente conocedora y lo considera una eventual rentabilidad. La mayor retribución que da el arte es la satisfacción de tenerla. Después, si se puede vender bien, mucho mejor", sintetiza Gonzalo Vidal, que dirige una consultora dedicada a asesorar a compradores de arte.
"Lo que se potenció mucho es la compra solitaria en los remates. La mayoría son jóvenes que gastan hasta 15.000 pesos. Mucha gente entra a las subastas sin ningún conocimiento. Apuestan a los artistas emergentes, pero hay que saber que el arte es buena inversión pero la rentabilidad es a largo plazo. Para que esas obras valgan tienen que pasar entre diez y treinta años", apunta.
"El arte como inversión tiene una gran rentabilidad. Sube un 12% anual acumulativo. Nada tiene ese retorno. El arte argentino tiene precios bajísimos y gran calidad. Pero para tomarlo como inversión hay que comprar con audacia y vender con paciencia", dice Gutiérrez Zaldívar.
Comprar arte en cuotas como forma de capitalizar un ahorro es una de las tendencias que se consolidan en Zurbarán, porque como dice su director lo que falta en el mercado es financiación. "Creció el interés por este sistema de compra -explica-. Se firma un contrato de comodato y cuando el interesado termina de pagar las doce cuotas se hace el de propiedad.".
Del editor: qué significa.
Ante la falta de certezas que ofrece hoy la economía argentina, los inversores buscan nuevos territorios para sus ahorros.

sábado, 24 de agosto de 2013

Una mirada dice más que mil palabras.

¿Qué pasaría si te reencontraras con un viejo amor o, porque no, con el amor de tu vida 23 años después?
En los años setenta, la artista serbia Marina Abramovic mantuvo una intensa relación de amor con su pareja, el alemán Ulay.

Pasaron varios años juntos, realizando toda clase de performances por el mundo. En 1988, cuando su relación ya no daba para más, llevaron a cabo su última acción, titulada Los Amantes. Cada uno camino 2.500 kilómetros desde lados opuestos de la Gran Muralla China hasta encontrarse en el medio, abrazarse y no volver a verse nunca más.

23 años después, cuando Marina Abramovic ya era una artista consagrada, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) le dedicó una retrospectiva a su obra denominada The Artist is Present (La Artista está Presente). Dentro de la misma, Marina compartía un minuto en silencio con cada extraño que se sentaba frente a ella.

Ulay llegó sin que ella lo supiera, y esto fue lo que pasó...

  • Iris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepainting
  • Foto

Con 3 años, una pequeña genio con autismo 


revoluciona el mundo del arte


No puede hablar, se expresa a través de la pintura. Sus padres descubrieron su gusto y su gran talento hace unos meses. Hoy, ya vendió varias de sus creaciones, la comparan con artistas como Monet y Pollock y está por inaugurar una exposición individual en Londres.
Iris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepaintingIris Grace / Fotos: irisgracepainting.com y flickr.com/photos/irisgracepainting
    Iris Halmashaw tiene 3 años y medio, es autista y con sus creaciones pictóricas revolucionó el mundo del arte. Hace unos meses, sus padres descubrieron –casi por casualidad- su interés por los dibujos y la pintura y fue un hecho que cambió su vida. Hoy, la comparan con artistas como Monet y Pollock, coleccionistas se interesan por sus trabajos y está por inaugurar una exposición individual en Londres.
“Ella no puede hablar y tiene grandes problemas en la interacción con los demás, pero se expresa a través del movimiento y el arte”, cuentan sus padres, desde Leicestershire, Reino Unido, en su sitio web. Explican que el diagnóstico llegó en 2011 y desde ese momento, con la ayuda de especialistas, aprendieron de qué manera interactuar y ayudar a su hija. Sin embargo, Iris apenas se comunicaba y usualmente reaccionaba con violencia.
Hace unos meses, Arabella Carter-Johnson, su madre de 32 años, descubrió -casi por casualidad- su interés por la pintura y todo cambió. “Mi madre compró un caballete, se cayó la pintura y manchó la hoja. Iris se enfureció y se puso a llorar. Ahí me di cuenta que el problema no era la pintura, sino el hecho de que no podía controlarlo. Así que puse una hoja de papel sobre una mesa en lugar del caballete y de inmediato se puso a pintar. Parecía saber qué hacer intuitivamente”, explicó su mamá al diario británico Daily Mail.
A partir de ese momento, se sorprendieron con el talento de su hija: “Tiene una increíble capacidad de concentración, de alrededor de dos horas en cada pieza. Su autismo creó un estilo de pintura que nunca vi en un niño de su edad, ella tiene un gran entendimiento de los colores y de la forma en que éstos interactúan entre sí”, dicen sus padres.
Arabella, feliz por los avances de su hija, comenzó a compartir en Facebook las pinturas de Iris. Una de sus amigas quiso comprar una de sus obras y todo empezó a fluir: muchas personas comenzaron a pedir un cuadro de la niña genio. Tanto, que hoy comparan su estilo con los de grandes artistas, inaugurará una exposición individual en Londres a fin de año y se subastarán algunos de sus trabajos. El dinero que consigan, aseguran al sitio español La Información, estará destinado a la terapia de la niña, que cuesta alrededor de siete mil libras por año.
“Ella encontró una manera de expresarse que es tan hermosa, que quería compartirlo y aumentar así el conocimiento de su condición, que afecta actualmente a unos 100 mil niños en el Reino Unido y estas cifras van en aumento”.

jueves, 22 de agosto de 2013

Artista convierte contenedor de basura en su 

vivienda


No hay nada miserable en la vivienda de Gregory Kloehn en Brooklyn: un contenedor de basura reciclado donde duermen cómodamente dos personas, se pueden hacer asados y hasta tiene solárium propio, una contribución de este artista californiano al movimiento por las casas minúsculas.
Gregory Kloehn charla con un reportero sobre su creación. Foto: John Minchillo
AFP
"En la calle, cuando está todo cerrado, se puede pensar que es un contenedor de basura", afirma Kloehn (42) al invitar a la AFP a conocer su refugio urbano. "No saben que estoy aquí durmiendo... Incluso cuando la barbacoa está prendida y se están asando alas de pollo la gente pasa de largo. No lo ven como un hogar", explica.
Kloehn ya había convertido contenedores de transporte de carga de 20 pies en viviendas pero luego se le ocurrió hacer lo mismo con un basurero de metal común y corriente.
"Lo iba a hacer un poco más rústico al principio, pero luego pensé: `Hagámoslo de verdad lujoso y habitable, realmente tomemos todo lo que tiene una casa normal y metámoslo en este pequeño espacio", cuenta.
Kloehn, que tiene una residencia más convencional en Oakland, California, ingresa a su vivienda neoyorquina a través de una puerta holandesa con un minibar adjunto muy bien surtido de whisky y vodka. A la derecha se ve la cocina con mesada de granito, pileta, una cocina a gas, una heladera escondida y un extractor hecho con un viejo wok. Al lado está el sofá acolchado, tapizado con vinilo negro, con espacio de almacenamiento debajo de los asientos, y un baño conectado al sistema de alcantarillado de la ciudad.
No hay espacio para mucho, pero basta girar una manivela para levantar el techo y dejar a la vista un par de ventanas que proporcionan luz natural y un bienvenido espacio sobre la cabeza. Soldada en el exterior está la ducha y la barbacoa a gas. La electricidad proviene de cualquier enchufe que esté cerca, algo que Kloehn denomina "vivir de la red de otro".


Kloehn, descendiente del presidente estadounidense Abraham Lincoln, pagó unos 1.000 dólares por el contenedor y gastó otros 2.000 en acondicionarlo, casi tanto como pagaría por un mes de alquiler en un estrecho monoambiente en Manhattan.

"Es realmente prolijo, considerando de qué está construido", señala Ryan Mitchell, que escribe un blog sobre el diseño y construcción de casas minúsculas en www.thetinylife.com.
En un país donde la superficie media de un hogar es de 240 metros cuadrados, las casas de 56 a 121 metros cuadrados llaman la atención, sobre todo entre quienes buscan reducir su vivienda al jubilarse.
"Hay más constructores. Hay más gente que busca vivir en casas pequeñas", dice Mitchell a la AFP por teléfono desde Carolina del Norte, donde está completando su propia vivienda diminuta. Habría incluso hogares más pequeños, afirma, si no hubiera tantas regulaciones municipales.
En un callejón en Washington, Boneyard Studios (www.boneyardstudios.com), un nuevo complejo de cuatro casas pequeñas, busca probar que "lo pequeño es bello" en el corazón de la capital del país.
"Seguro no es para todo el mundo", afirma Jay Austin, cuya casa de 42 metros cuadrados en Boneyard Studios es autosostenible y neutra en emisiones de carbono.
En Nueva York, el museo de la ciudad muestra un apartamento de unos 30 metros cuadrados que presume de contar con todas las funciones de uno del doble de su tamaño, e invita a unos pocos afortunados a comprobarlo pasando allí una noche.

En casa grande, problemas grandes

No satisfecho con construirse su propia vivienda a partir de un contenedor de basura, Gregory Kloehn aprovechó materiales diversos -una puerta de heladera, madera de un naufragio, una cubierta de fibra de vidrio de una camioneta- para crear una "casa de desechos" sobre ruedas para las personas sin hogar. De regreso en Brooklyn, donde trabaja en una "escultura interactiva" a partir de 4 contenedores, Kloehn sube a la terraza de su refugio y echa una mirada a su barrio. Enfrente se ve el abandonado aunque majestuoso almacén del New York Dock Company. Y más allá, el blanco resplandeciente del transatlántico Queen Mary II que acaba de arribar a la ciudad. "Cuanto más grande es la casa, mayores serán los problemas", reflexiona Kloehn. "Hay más gastos, más cosas que pueden romperse, más patio que cuidar". Y, se encoge de hombros, "al final vas a llenarlo de basura".

Gregory Kloehn

Gregory Kloehn es un diseñador de California que, para no tener que pagar alojamiento cuando viajaba por trabajo a Nueva York, se le ocurrió comprar un contenedor de basura y hacerse una casa en Brooklyn. Kloehn equipó el contenedor de tal manera que lo convirtió en una moderna vivienda, e hizo su contribución al movimiento por las casas minúsculas que es tendencia en EE.UU. Ryan Mitchell, que tiene un blog sobre diseño y construcción de casas minúsculas, sostiene que cada vez más personas buscan reducir su vivienda.

viernes, 16 de agosto de 2013

Con plastilina, Mondongo alude a los ciclos de la vida

Un paisaje de Entre Ríos de 45 metros de largo, compuesto por 15 paneles, es la estrella de la muestra en el Mamba
Por   | Para LA NACION
Más que un paisaje en plastilina, los ciclos de la vida y la naturaleza. Foto: Fabián Marelli
"Siempre tenemos opiniones muy distintas sobre cómo abordamos el trabajo y hay momentos en que trabajamos sin hablarnos." La confesión de Manuel Mendanha, uno de los integrantes de Mondongo sobre el proceso de creación, no deja de sorprender.
Después de cinco años de ausencia en el circuito cultural porteño, la dupla Mendanha-Julieta Laffitte, los actuales líderes de Mondongo, confirma la inspiración y el impacto visual que genera en quienes recorren Paisaje de Entre Ríos , una instalación circular de 45 metros en 15 paneles y que les demandó cuatro años de trabajo.
La plastilina, bastante parecida a la que usan los chicos en la escuela, pero manejada de manera profesional, es la gran protagonista de este recorrido geográfico que inspiró a Mendanha y a Laffitte tras un breve descanso que tomaron en Entre Ríos, luego de nueve años de trabajo intenso y sin vacaciones.
"El ambiente es más abstracto del que estábamos acostumbrados", admitió Laffitte, ante el público al que guió junto con Mendanha, hace muy pocos días por la sala del segundo piso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), avenida San Juan 350, donde se exhibe la instalación hasta el 15 del mes próximo.
En realidad, los paneles son "una ensoñación" hilvanada por la imaginación de Mondongo desde una lúgubre cárcava seca hasta las orillas del río Uruguay. Así como se ve la instalación, que parece una foto panorámica, el paisaje no existe en la realidad.
En varios paneles hay detalles para reflexionar. "Puede considerarse un ciclo de crisis y reconocimiento, también puede entenderse como la pequeñez de la humanidad", indicó Laffitte a su público mientras invitaba a descubrir las zapatillas colgadas en una rama, a Keto (un hombre al que conocieron en esa geografía y vieron vivir de un modo ermitaño); hay calaveras agrupadas entre ramas y tenebrosas ánimas en el último panel.
En sí, la obra nació como el recuerdo de una caminata por la geografía entrerriana, pero tiene una simbología más cargada que la de un simple paseo. De hecho, el descanso de los artistas sucedió cerca de una Navidad y el paisaje plasmado en la instalación arranca en un otoño y tiene un lento paso hacia la primavera, con un estanque natural colorido y una ribera lúgubre. "Hay una alusión alegórica a los vuelos de la muerte durante la dictadura, al sufrimiento, al narcotráfico, a las crisis [sociales que ha sufrido el país]", contó Laffitte.
El público trata de tocar los troncos de los árboles y las ramas porque está convencido de que son reales. Pero toda la instalación está hecha en plastilina, con elementos que contribuyen a soportar el sobrerrelieve. "La plastilina es uno de los mejores aliados. Es como un óleo corpóreo, permite pintar y hacer alto y bajo relieve", afirmó Mendanha al recordar que artistas que concurren al taller de Mondongo han participado en la tarea, incluso niños que trabajaron con sus manos los tréboles que aparecen en uno de los paneles.
 
Ánimas en el estuario. Foto: Fabián Marelli
El plato fuerte de la muestra, que fue curada por Kevin Power, obviamente, es la instalación de plastilina, pero en el primer piso del Mamba, Mondongo recibe al público con una serie de grandes retratos en hilo de algodón, su ya mítico Lucian Freud, realizado con chacinados y quesos con resinas, cuatro túneles en plastilina y un costillar efectuado en monedas de 5 y 10 centavos. Para tener una idea de la dimensión, alcanza con decir que reúne $ 7000.
Los retratos de Laffitte, de Mendanha con la cara tapada, de la hija de ambos, Francisca, y de la madre y la abuela de Mendanha, son impactantes por el manejo de la técnica y por el tamaño. En la misma técnica, también quedó retratado el escritor Rodolfo Fogwill, amigo de la pareja creativa. "Lo hicimos en una noche", recordó Mendanha.
"Trabajamos como astronautas porque el pegamento es muy tóxico", reveló Mendanha, al advertir que los retratos familiares forman parte de su colección privada.
La muestra puede verse de martes a viernes, de 11 a 19; los sábados, domingos y feriados, de 11 a 20. La entrada cuesta $ 5..

jueves, 15 de agosto de 2013

El cazador de tesoros cinematográficos

Es inusual que alguien encuentre un tesoro del cine mundial que por ocho décadas se consideraba perdido. Pero que la misma persona poco tiempo después desentierre una segunda joya cinematográfica no tiene precedentes.
Es lo que logró el historiador, coleccionista y conservador de cine argentino Fernando Peña, quien en 2008 cobró notoriedad luego de haber hallado la versión original del clásico del cine mudo "Metrópolis" -que se creía destruida- en los archivos del Museo del Cine de Buenos Aires.

Ahora, el experto volvió a ser noticia luego de revelar que descubrió una versión desconocida de un film de uno de los más famosos comediantes de todos los tiempos, Buster Keaton.
clic
Peña halló una versión inédita de "El herrero", una comedia de 1922 dirigida y protagonizada por Keaton, considerado junto con Charlie Chaplin y Harold Lloyd como uno de los grandes íconos cómicos del séptimo arte.
La versión desconocida de "El herrero" de Buster Keaton (gentileza Fernando Peña)
Fernando Peña (der) y Fabio Manes, responsables del histórico hallazgo. (Foto: Fernando Peña)
El historiador reveló a BBC Mundo que a diferencia de lo que ocurrió con "Metrópolis" –film que rastreó por años- este hallazgo fue casual.
"Estaba revisando una copia de 'El herrero', en 9,5 milímetros, que un amigo y coleccionista compró por eBay a un vendedor francés hace cinco años, y me di cuenta de que era muy distinta a la versión que hasta ahora se conocía de este film", explicó a BBC Mundo.
Peña descubrió unos seis minutos de material totalmente inéditos, un hallazgo que los medios especializados resaltaron como algo histórico.
"Si 'Metrópolis' fue el Santo Grial de Peña, 'El herrero' es su Santo Sudario", definió el periodista Scott Foundas en la revista Variety, ilustrando la importancia del descubrimiento de este cazador de tesoros cinematográficos.

¿Versión original?

Algunos expertos en cine mudo creen que el film que identificó Peña podría ser la copia de "El herrero" que se distribuyó en Europa, ya que era normal que se editaran dos versiones diferentes para el mercado de Estados Unidos y el extranjero.
Sin embargo, es inusual que hubiera tantos cambios: un tercio de la película que descubrió Peña es distinta de la versión estadounidense, que fue hallada en la propia casa de Keaton tras su muerte.
Peña tiene otra teoría: cree que la cinta francesa podría en realidad ser la película completa, como se vio en los cines, y la copia que se conoció hasta ahora sólo una versión previa a la que luego se agregaron nuevas escenas.
La versión desconocida de "El herrero" de Buster Keaton (gentileza Fernando Peña)
Peña cree que esta copia de "El herrero" podría ser la versión original que se vio en los cines.
"Es imposible saberlo", lamentó.
No obstante, los amantes del séptimo arte y seguidores de este historiador, que todas las semanas presenta un programa sobre cine clásico en la televisión pública de Argentina, celebraron el descubrimiento a través de su página en la red social Facebook.
"¡Qué sigan los hallazgos!", festejó Rocío Fernández Collazo, una de las más de 4.500 personas que siguen el trabajo de Peña y de su colega y co-presentador Fabio Manes, el coleccionista que compró en 2008 la versión francesa de "El herrero".
"Gracias muchachos por este trabajo silencioso en la actualidad, pero que deja huellas en la historia", agregó por su parte Leonardo Álvarez, al enterarse de que el hallazgo podría llevar a que se restaure esta nueva copia del film de Keaton.

Talento individual

Pero ¿cómo llegó este argentino a convertirse en uno de los más prolíficos cazadores de tesoros cinematográficos de los últimos tiempos?
Según Paula Félix-Didier, directora del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken de Buenos Aires, hallazgos como estos son consecuencia de la perseverancia de individuos como Peña que dedican su vida a buscar películas.
No obstante, la experta dijo a BBC Mundo que este tipo de coleccionista apasionado "no salió de un repollo".
Metrópolis
En 2008, tras una larga investigación, Peña halló la copia original de "Metrópolis", que se creía perdida.
"En Argentina hay una cultura fílmica muy importante y en el pasado hemos tenido grandes coleccionistas que nos heredaron su espíritu de búsqueda e investigación", afirmó.
La cineasta estadounidense Lynn Sachs coincidió en destacar la riqueza cultural del circuito cinematográfico argentino. Sachs, profesora de cine de la Universidad de Nueva York, se convirtió en una gran amante del mundo del cine argentino tras varias visitas al país.
"Los argentinos rinden culto al cine, aquí el cine no es una experiencia efímera como en Estados Unidos. Para el amante del cine poseer un pedazo de cinta cinematográfica es importante, lo atesoran", observó.
Sin embargo, Peña resaltó que esta pasión cultural no es acompañada desde el Estado: "En Argentina no hay mucho interés institucional por conservar el cine. De hecho, el país no tiene un archivo nacional fílmico", lamentó.

Preservar

Para Sachs, los hallazgos de Peña son un buen incentivo para que las autoridades den mayor prioridad a conservar el acervo fílmico del país.
En ese sentido, tildó de importante la decisión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de mudar el Museo del Cine, que actualmente está en un sitio temporario, a una nueva sede en el barrio porteño de La Boca.
La directora de dicho museo le dijo a BBC Mundo que el nuevo edificio tendrá bóvedas climatizadas donde podrá conservarse el enorme archivo de filmes, entre los que Peña halló en 2008 la versión original de "Metrópolis", tras una exhaustiva investigación.
Además, el museo firmó un acuerdo con la Universidad de Nueva York para que estudiantes de preservación fílmica trabajen en el archivo.
"¡Quién sabe qué encontrarán!", se ilusionó Sachs.

Escenas inéditas de Buster Keaton

 Miércoles, 14 de agosto de 2013
El historiador de cine argentino Fernando Peña, famoso por haber encontrado la versión original del clásico de ciencia ficción "Metrópolis" en 2008, volvió a hacer historia al descubrir otra joya del cine mudo: escenas nunca antes vistas del cómico Buster Keaton.
Peña halló una versión inédita de "El herrero", una comedia de 1922 dirigida y protagonizada por Keaton, considerado junto con Charlie Chaplin y Harold Lloyd como uno de los grandes íconos cómicos del séptimo arte.
La copia que descubrió Peña contiene unos seis minutos de material que difieren de la versión que hasta ahora se conocía de "El herrero", cinta que fue hallada en la propia casa del comediante décadas después de su muerte.

lunes, 12 de agosto de 2013

DAVID GARRETT - Csárdás (Hungarian Dance), composed by Vittorio Monti.


Preservar, una forma de incluir


Preservar, una forma de incluir

Agustina Esperón tiene un trabajo muy especial. Se encarga de la restauración de construcciones históricas, y lo hace empleando a gente sin recursos. "El arte dignifica", es su lema
Por   | LA NACION
Detallista. Agustina Esperón trabaja con puntillosidad en el Hotel Casino Carrasco, de Uruguay, un imponente edificio de 1921. 
Llegar al fondo, a lo que está oculto debajo de desidiosas capas de pintura. Llegar al tesoro." Agustina Esperón habla del trabajo que realiza desde hace casi 30 años: la conservación y restauración de piezas y edificios de valor patrimonial. Una tarea para la que siempre convoca gente de bajos recursos en situación de vulnerabilidad, que a partir de esta experiencia laboral encuentran sus verdaderos potenciales. Es que las brechas sociales y la inequidad social le preocupan tanto como el olvido al que muchas veces son condenados los edificios patrimoniales.
"Yo tomo el arte como una herramienta de inclusión. Trabajo con gente marginal, por ponerle un nombre, que logró salir adelante, y también con ex adictos que están dando la pelea. El arte dignifica", afirma Esperón, que desde fines de abril y por cinco meses trabajará con su equipo en la consolidación de 1500 metros cuadrados de pintura mural en la basílica de María Auxiliadora, en Almagro, donde Carlos Gardel, cuando era un chico, formó parte de un coro, el beato Ceferino Namuncurá tomó la comunión y el papa Francisco fue bendecido.
Agustina comenzó a estudiar arqueología hasta que la última dictadura militar cerró la carrera. Por su cuenta se especializó en historia del arte, siguió la escuela de Domingo Tellechea y se formó con Máximo Díaz y con Manuel Cescio (escuela española). Especializada en oficios antiguos, es investigadora y profesora en la cátedra de Conservación Patrimonial en la Facultad de Arquitectura de la UBA. Sus primeros trabajos profesionales los realizó en 1994, y desde hace muchos años convoca para sus trabajos a obreros desocupados que aprenden y enseñan, en igual medida, en lo que ella llama el conocimiento circular.
Claro que Agustina, que tiene ocho hijos de entre 22 y 40 años, debe lidiar con otras cuestiones: la desconfianza inicial. "El obrero está acostumbrado al maltrato. Su trabajo es considerado algo menor, y hasta que logro generar confianza, muchas veces recibo respuestas agresivas. Lloré muchísimo, porque la estigmatización es profunda, viene de generaciones", asegura.
 
Hay equipo. Parte del Team de restauradores que participó de la puesta a punto del Hotel Casino Carrasco, en Uruguay. 
Por eso se le llena el alma cuando observa a esos hombres rudos, de manos y vidas curtidas, llevando una pequeña balanza para medir materiales o manipulando pequeñas herramientas como si fueran cirujanos, con amor, entrega y reconociéndose importantes. "Llegaron albañiles rasos, y muchas veces ni siquiera eso, y salen estucadores, retocadores, oficios muy antiguos, exquisitos. Y lo hacen muy bien", asegura Agustina, que enseguida piensa en Walter, un humilde obrero que convocó para un trabajo reciente: la restauración de seis salones del Hotel Casino Carrasco, un imponente edificio de 1921, declarado Patrimonio Nacional de Uruguay, donde desde marzo último funciona el Sofitel Montevideo Casino Carrasco and Spa.
"Los estudios determinaron que el marmorino utilizado en ese edificio fue elaborado con arena extraída de las playas de Carrasco, que por entonces, para purificarla, se cocinaba en una plancha caliente y se mezclaba con mortero para finalmente aplicarla con llana. Eso hacía Walter con infinita dedicación", explica la restauradora.
Hace poco, Agustina recibió de Francia un pote de estuco pre preparado, al que sólo había que agregarle agua. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados: quedó una sustancia muy plástica, ordinaria. La restauradora explica que al estuco hay que amasarlo en forma artesanal, no hay otra manera, "aunque siempre en el equipo aparece algún impaciente que me dice: ¿Y si lo compramos en el supermercado? La restauración es tiempo, reproducir técnicas milenarias para recuperar el aspecto original de la obra y proyectarla 400 años más. Eso sí, siempre con responsabilidad social, estética e histórica. Por eso, también hay que luchar contra la cultura del ya", explica.
Su grupo de trabajo más estrecho lo integran dos licenciadas en arte y su hija Candelaria. Después, en cada lugar convoca al resto del equipo. En Uruguay, además de obreros desempleados, recurrió a estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Montevideo para darle forma a un grupo heterogéneo. Allí también, como siempre, consagró las obras: recurrió al cura de la iglesia de Stella Maris, a dos cuadras del Hotel Casino Carrasco, que aceptó sin miramientos. Y como siempre, en medio de andamios y cascos, pero sin presiones y en forma voluntaria, allí también se rezó cada día el Ángelus, a las 12 del mediodía.
 
Desde la fe. Trabajos en la catedral de San Isidro, donde se restauraron los estucos venecianos. 
"No somos un grupo religioso, pero no pasa por hacer el trabajo, recibir el pago e irse. Es importante saber por qué se hacen las cosas, ponerle nombre al trabajo. De eso también hablamos en los momentos grupales de reflexión, del compromiso espiritual con la obra", dice Esperón, que próximamente trabajará en la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, de esa localidad, con chicos asistidos por la Comunidad Cenacolo, nacida en Medjugorje, Europa Oriental. Y explica: "Son casas distribuidas en todo el mundo que se dedican a recuperar adictos. El párroco y la gente del Cenacolo harán la selección de los chicos, que deben tener un perfil artístico, porque no es fácil trabajar días enteros con un pincel en cuatro centímetros por cuatro".
¿Cómo llegó a dedicarse a la restauración? "De algún modo también pasa por restaurar la propia vida", filosofa Agustina. Por estos días viaja con cierta frecuencia de Olivos, donde vive, a Río Cuarto, Córdoba, donde con su hija, Candelaria, trabaja en la restauración del santuario del Señor de la Buena Muerte con la ayuda de jóvenes en situación de riesgo social y ex adictos. Pero cuando repasa todos estos años, recuerda a la monja carmelita de clausura que, sin conocerla, le pasó por medio de un torno una imagen del siglo XII para que la restaurara. "Me la llevé a mi casa, la limpié con mucha paciencia y un poco de agua y alcohol, y lentamente fue desapareciendo una capa oscura para dar lugar a unos dorados impresionantes en oro fino, unas policromías increíbles. Esa monja me entregó una pieza que vale una fortuna, sin verme la cara ni firmar un remito de garantía. Nada. Sólo me dijo que confiaba en mí. Eso también es lo maravilloso de este trabajo."
-¿Qué sensaciones te despierta una obra terminada?
-Suele generar amores y odios, sobre todo cuando los trabajos son de gran magnitud, pero también por la vulnerabilidad humana. En la restauración suele haber muchas pasiones e intereses en juego. Pero siempre experimento una inmensa alegría. Cuando sacamos los andamios del primer salón del Hotel Casino Carrasco nos miramos entre todos y lloramos.

"NADA SE PINTA AL AZAR"

Retirar la pintura gris de los retablos de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Recoleta, le produjo a Agustina una gran satisfacción. "Descubrimos unos colores lindísimos, de una alegría y alabanza increíbles. Eso eran y son los franciscanos, el canto a la vida, a la alegría. La importancia de recuperar los colores originales es clave, porque en los lugares sagrados cada tono tiene un significado específico, nada fue pintado al azar".

GRANDES ÉXITOS

  • Teatro Colón. Estudios preliminares y restauración de los techos ornamentales, de dos confiterías y de los palcos bajos de la sala principal.
  • Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Recoleta. Retablos laterales, baldaquinos, sacristías, imágenes de cera y otras tareas.
  • Catedral de Buenos Aires. Estudios preliminares.
  • Catedral de San Isidro. Puesta en valor de las pinturas ornamentales de los cielos rasos y del estucado de las columnas, entre otros.
  • También trabajó en la restauración de la iglesia de San Ignacio, San Telmo (la más antigua de Buenos Aires), y en la puesta en valor de cuadros y murales del hotel Four Seasons.