lunes, 27 de mayo de 2013

De película: las más sorprendentes fotos de rodajes del cine

Desde Psicosis hasta Batman, una mirada detrás de cámara a los films más emblemáticos del Séptimo Arte; pasen y vean estas insólitas imágenes
Por   | LA NACION
PSICOSIS (1960, ALFRED HITCHCOCK)
 
Un momento de distracción durante la grabación de Psicosis. Foto: http://imgur.com/a/Ep395
La carrera de Anthony Perkins fue extensa, sorprendente y alabada por la crítica. Ya por su segunda actuación en la pantalla grande fue nominado al Oscar (la película en cuestión fueFriendly Persuasion) en la categoría de mejor actor de reparto. Sin embargo, su rostro va a estar por siempre asociado a un único personaje: el escalofriante Norman Bates de Psicosis . En esta imagen backstage se lo puede ver al actor frente a un Bates Motel totalmente diferente al del film de Alfred Hitchcock, en un contexto casi bucólico.
Cabe mencionarse que Perkins estuvo tan fusionado con el papel, que luego de que la película se estrenase con rotundo éxito, se negó a dar entrevistas respecto a las similitudes entre Bates y él mismo. De hecho, el actor entró en pánico por las comparaciones y buscó ayuda psiquiátrica, asegurando después que de niño había experimentado sentimientos negativos hacia su padre: "me acuerdo de rezar para que muera, así podía a tener a mi madre solo para mí". Cualquier parecido con Norman Bates es pura coincidencia.

GOLDFINGER (1964, GUY HAMILTON)

 
Pintada de dorado, la actriz Shirley Eaton junto a Sean Connery.. Foto: http://imgur.com/a/Ep395
Cuando se cae en la irresistible tarea de comparar a los seis actores que dieron vida a James Bond, la figura del original, Sean Connery, por lo general es la que termina estando un paso por delante del resto. No hay que indagar demasiado para determinar las razones: en esta imagen se concentra el carisma y seducción que hicieron que el actor escocés se volviera casi insuperable en el rol del agente 007. Junto a él, muy cómoda y pintada de dorado para la tercera entrega de la saga, la podemos ver a la actriz Shirley Eaton como la chica Bond Jill Masterson, personaje que muere luego de ser pintada de dorado. Eaton declararía posteriormente que no estaba segura de aceptar el papel porque se rehusaba a aparecer semidesnuda en el film. Sin embargo, su agente la persuadió para que aceptara. La decisión fue acertada ya que su cuerpo dorado se transformaría en una de las más emblemáticas imágenes de la saga de James Bond y la actriz recrearía la escena en una famosa tapa de la revista Life de 1964.

HALLOWEEN (1978, JOHN CARPENTER)

 
El hombre debajo de la máscara.... Foto: http://imgur.com/a/Ep395
Se nota que Nick Castle - más conocido por ser el hombre detrás de la máscara del asesino Michael Myers - la estaba pasando bien con su lata de Dr. Pepper en el rodaje de una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, a cargo de un director especialista en el género: John Carpenter. Y si Castle la pasó bien fue porque su oportunidad de ponerse esa máscara que nos daría tantas pesadillas llegó de casualidad. Nunca audicionó para el papel sino que fue a pasar un rato con su amigo (el propio Carpenter) y a disfrutar de la filmación, para más tarde ser elegido para darle vida a Myers.
Según Castle, Carpenter fue quien lo convenció a formar parte de su película, asegurándole que su rostro jamás iba a verse: Tony Moran fue el actor seleccionado para la escena en la que la máscara de Myers es removida. ¿Otro dato? Castle fue nada menos que el guionista de otro gran film de su amigo, el subvalorado largometraje de ciencia ficciónRescate en Nueva York (precuela de Fuga de Los Ángeles), protagonizado por Kurt Russell.

KILL BILL, VOL. I (2003, QUENTIN TARANTINO)

 
Una escena de la filmación de la batalla de "The Bride" contra "Los 88 maníacos" del Volumen I de Kill Bill. Foto: http://imgur.com/a/Ep395
Quentin Tarantino suelen trazar paralelismos entre el cine y la música cuando se refiere a su proceso creativo. Es decir, para que una escena pueda ser elaborada, primero Quentin necesita algo de música que active la inspiración. Según él, cuando empieza a sonar una canción que dispara su creatividad, las secuencias aparecen solas y los personajes cobran vida de manera inmediata. Esto no fue la excepción a la hora de concebir uno de los momentos más visualmente abrumadores de su filmografía: la batalla de "The Bride" contra "Los 88 maníacos" del Volumen I de Kill Bill. A fin de cuentas, dicha escena funciona casi enteramente como una obra maestra de la coreografía y en esta foto podemos ver tan solo un componente de su filmación, como lo fue la disposición de uno de los maníacos/maniquíes decapitados por la imparable Beatrix Kiddo.

BATMAN, EL CABALLERO DE LA NOCHE (2008, CHRISTOPHER NOLAN)

 
La última escena en la que aparece El Guasón. Foto: http://imgur.com/a/Ep395
Difícilmente no se nos ponga la piel de gallina al verlo a Heath Ledger en una imagen detrás de cámara de la segunda entrega de la saga de Christopher Nolan. No solo porque se trata de la última escena en la que aparece El Guasón, sino porque además dicha escena está acompañada por la insuperable frase emitida por el villano: "La locura es como la gravedad: solo necesita de un pequeño empujón". Así se despide Ledger del film y de esa extraordinaria creación a la que se entregó por completo. "Recuerdo que la primera vez que filmamos una escena con El Guasón su voz me asustó muchísimo" declaró Nolan, quien además suele contar que Ledger rechazó el personaje al comienzo: "Le decía que era una lástima el no poder convencerlo, hasta que dejé pasar el tiempo y su apetito por el Guasón empezó a volverse incontrolable, le hice leer La naranja mecánica, ver pinturas de Francis Bacon y después me demostró lo impredecible que podía ser; nunca estuve tan poco preparado para lo que un actor tenía para ofrecerme". Los espectadores, tampoco.

*BONUS TRACKS:

 
El hombre mono que da por iniciada 2001: odisea del espacio se hace un tiempo para leer el diario. Foto: http://imgur.com/a/Ep395
 
Tim Curry, caracterizado como IT, se está dando aire con un ventilador portátil durante el rodaje. Foto: http://imgur.com/a/Ep395

jueves, 9 de mayo de 2013


En Argentina el arte es una inversión creativa

¿En qué invertir el dinero? Eso se preguntan muchos tras la última crisis financiera mundial que hizo tambalear los mercados en varias partes del globo.
En Argentina, la búsqueda de una inversión segura y redituable se convirtió en un asunto aún más complejo luego de que el gobierno prohibiera en 2011 la compra de dólares para el ahorro, poniendo así fin al método más usado para resguardar el valor del dinero contra una inflación estimada extraoficialmente en cerca del 25%.
Ante este panorama, la búsqueda de alternativas se ha volcado hacia un mercado que hasta ahora no era pensado como una fuente para hacer dinero: el arte.
"Cada vez son más los clientes que me preguntan sobre comprar arte como inversión", contó a BBC Mundo Amparo Díscoli, directora de la consultora de arte Cosmocosa, en Buenos Aires.
Y es que, mientras que el sistema financiero aún lucha para recuperarse, el mercado del arte ha vivido un boom en los últimos años.
La Asociación Argentina de Galerías de Arte informó a comienzos de noviembre que en los últimos dos años creció en un 35% la venta de obras en el país.
Según Ignacio Gutiérrez Zaldívar, fundador y director de la galería más grande de Argentina, Zurbarán, se trata de una tendencia en alza a nivel mundial.
"El mercado del arte crece un 20% todos los años en todo el mundo porque no hay confianza en los bancos, no hay confianza en las acciones, los intereses que dan los bonos son muy bajos", dijo a BBC Mundo.
"Entonces la gente compra arte y piensa ‘al menos esto lo disfruto’. Tiene un bien de uso, que es el disfrute y el prestigio que te da", afirmó el experto.

En aumento

Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires
El mercado de arte argentino se duplicó en las últimas tres décadas.
De acuerdo con Gutiérrez Zaldívar, el volumen del mercado local asciende a unos US$125 millones.
"El mercado del arte argentino casi se duplicó en los últimos 20 a 30 años, pero en la última década fue el crecimiento más grande", relató Díscoli.
En lo que va de 2012 se vendieron 16.000 obras, según la Asociación Argentina de Galerías de Arte.
Se estima que Argentina tiene unos 10.000 artistas, pero sólo unos 200 viven de esa labor.
Según Gutiérrez Zaldívar, es un mercado relativamente pequeño pero de mucha calidad.
"Argentina tiene una tradición de artistas muy fuerte gracias a que los grandes maestros españoles e italianos venían a enseñar al país y a ‘hacerse la América’ porque en su momento era la nación más grande del continente", señaló.
Y el arte argentino también es redituable, de acuerdo con el experto:
"En la última década hubo un incremento aproximado de valor del 8 al 12% en dólares, de modo que salvo que uno hubiera tenido la visión de comprar acciones de Apple no hay una inversión similar", aseguró.

Solo para amantes

Ignacio Gutiérrez Zaldívar
“Para tener papel pintado siempre es mejor el de un artista al de una Reserva Federal”, aconseja Gutiérrez Zaldívar.
No obstante, tanto Gutiérrez Zaldívar como Díscoli resaltaron que la compra de arte no puede pensarse en términos de especulación financiera.
"El que compra una obra de arte la cuelga", aseguró el galerista.
"El mercado del arte no es como el del oro o el de bienes raíces. El rédito es mucho más que el económico. Es el rédito permanente de disfrutar", afirmó.
De hecho, para Díscoli el placer asociado a una obra está intrínsicamente relacionado con su valor.
"Si un coleccionista quiere sí o sí una obra va a estar dispuesto a pagar más que el valor regular del mercado", explicó. "Solo se necesita de un comprador que se enamore de esa obra para que suba su valor".
Más allá de esto, la consultora aseguró que hay parámetros "bastante específicos" que profesionales como ella consideran y evalúan a la hora de determinar si una pieza de arte aumentará su valor con el tiempo.
Eso sí: se trata de una inversión a largo plazo ya que normalmente deben pasar varios años –y a veces décadas- para que se multiplique su precio.

Apto a todo público

Amparo Díscoli
Según la consultora de arte Amparo Díscoli cada vez más argentinos se interesan sobre las inversiones en arte.
No obstante, los expertos aseguraron que el mercado del arte es mucho más accesible de lo que muchos piensan.
La inversión inicial oscila entre los US$400 y US$700, y galerías como Zurbarán ofrecen la posibilidad de pagar en cuotas.
Además, Díscoli resaltó otros factores que lo convierten en una inversión atractiva para los argentinos:
"Desde que se limitó el acceso a los dólares cada vez hay más obras que se pueden adquirir en pesos (la moneda local) y además, a diferencia de los bienes inmuebles, se pueden exportar", detalló.
Por su parte, Gutiérrez Zaldívar también recomendó invertir en arte: "Para tener papel pintado siempre es mejor el de un artista al de una Reserva Federal", aconsejó.

martes, 7 de mayo de 2013


El curioso caso de los libros robados

Lambeth Palace
Una carta sellada que llegó a una de las bibliotecas con más historia de Reino Unido en febrero de 2011 dejó a los empleados atónitos.
La carta había sido escrita por un exempleado de la biblioteca del palacio de Lambeth, en Londres, la casa del arzobispo de Canterbury. Fue remitida poco después de su fallecimiento por su abogado y revelaba la ubicación de muchos de los libros más preciados de la colección.
La historia no ha sido contada hasta ahora.
Los empleados sabían que desde los años '70 decenas de libros valiosos habían sido robados. Pero no tenían idea de la verdadera magnitud de las pérdidas hasta que esa carta los llevó a la casa en Londres del hombre fallecido.
"Quedamos estupefactos", le cuenta a la BBC Declan Kelly, el director de bibliotecas y archivos de la Iglesia de Inglaterra. "Unos colegas subieron al ático. Estaba lleno de cajas con libros hasta las vigas. Yo tenía una lista de entre 60 y 90 libros perdidos, pero salían más y más cajas".

Joyas de la colección

Lambeth palace
El palacio de Lambeth tiene una destacada colección de libros.
Éstas contenían unos mil volúmenes, compuestos de hasta 1.400 publicaciones. Muchos de ellos eran de las colecciones de tres arzobispos de Canterbury del siglo XVII: John Whitgift, Richard Bancroft y George Abbot.
También estaban incluidos una edición temprana de la segunda parte del libro Enrique IV, de William Shakespeare; lujosos libros ilustrados, como America, de Theodor de Bry, que cuenta las expediciones tempranas al Nuevo Mundo; y libros médicos, como The French Chirurgerye.
"La magnitud del robo es extraordinaria", dice Robert Harding, director de Maggs Bros, un comerciante de libros raros en Londres. "Es uno de los robos más grandes de su tipo en décadas recientes".
Harding dice que si está en buen estado, la copia de America, de De Bry, podría valer unos US$230.000, mientras el libro de Shakespeare ascendería a unos US$77.000. Y añade que otros libros también tienen precios altos.

¿Cómo lo logró?

Uno de los aspectos más intrigantes del caso es cómo un empleado fue capaz de llevarse libros tan valiosos y frecuentemente tan grandes.

Algunas joyas recuperadas

biblioteca del palacio de Lambeth
  • Diez volúmenes de America, de Theodor de Bry, que contiene muchas ilustraciones de expediciones tempranas al Nuevo Mundo.
  • Un volumen de Enrique IV, de Shakespeare.
  • El "Spymaster's scrapbook", una colección de grabados que ilustran los conflictos de los Países Bajos Españoles.
  • El libro Frenche Chirugerye, de Jacques Guillemeau, que describe los instrumentos de los cirujanos del siglo XVI.
Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba incendiaria cayó en el gran salón del palacio de Lambeth, que albergó buena parte de la colección temprana de la biblioteca.
Se estimó entonces que hasta 10.000 libros fueron destruidos o sufrieron daños graves. En los años posteriores, si se descubría que faltaba un libro, era fácil asumir que se había perdido en la guerra.
Pero en 1975, el entonces bibliotecario se dio cuenta de que habían desaparecido algunos de los libros más importantes que se sabía que habían sobrevivido, incluido el ejemplar de Shakespeare.
El ladrón tenían había removido las tarjetas para indexar los libros, lo que dificultaba aún más descubrir qué había sido robado exactamente. Se concluyó que era un asunto de apenas unas decenas de libros.
"En los años '70 era muy fácil: no había dispositivos de detección, nada que pudiera impedir que uno saliera con un libro", indica James Carley, un académico canadiense que ha estado investigando la historia de la biblioteca.
"La policía hizo una investigación y entrevistó a todos los empleados, pero se quedaron en blanco y nada de la biblioteca había sido vendido en los comercios de libros", dice Kelly.
Las pistas siguieron en blanco durante más de 35 años hasta que llegó la carta.

Identidad desconocida

Aunque el alcance verdadero del trabajo del ladrón fue descubierto hace más de dos años, sólo hasta ahora se está haciendo público.
Libros en Lambeth Palace
La colección cuenta con ejemplares de alto valor histórico y monetario.
"Nos hemos contado la historia pues queríamos llegar al punto en que pudiéramos empezar a hacer disponibles los libros otra vez", explica Kelly.
Él se rehúsa a revelar la identidad del ladrón. "Era un exempleado de bajo rango".
"No queremos causarle ningún sufrimiento a alguien que todavía esté vivo y tenga conexión con el ladrón. Queremos mirar hacia delante, no hacia atrás".
Pero Tim Bryars, un vendedor de libros de anticuario en Londres, tiene otra teoría. "Puedo entender por qué no revelaron su nombre: hay otras personas que han robado material similar y si ven que otro es nombrado y avergonzado -incluso de manera póstuma- pueden terminar tirando los libros en la hoguera", dice.

¿Por qué lo hizo?

Los motivos verdaderos del ladrón también se han ido a la tumba con él, pero el hecho de que dañó tantos de los libros ofrece una pista. Removió o trató de remover las marcas de pertenencia utilizando químicos. También recortó el escudo de armas de los arzobispos de la portada y le quitó la encuadernación de algunos ejemplares.
Libro en Lambeth Palace
Las razones del robo todavía no están claras.
"El hecho de que fueron dañados sugiere que estaba intentando venderlos. Quizás lo intentó y, tras ser interrogado, lo dejó. La fantasía de un coleccionista secreto que quiere regodearse en su colección privada no es común en la realidad", dice Harding.
"Los daños afectan mucho el valor. Un libro sin el escudo de armas puede haber perdido el 90% de su valor. Es vandalismo cultural", sentencia Harding.
Algunos de los libros robados aún no han aparecido. El ladrón removió las tarjetas de indexación de los libros que se robó y éstas fueron halladas en su casa. Pero no todos los libros correspondientes fueron recuperados. Los que faltan pueden haber sido vendidos.
Alrededor del 10% de los libros recuperados ya han sido reparados y otro 40% ha sido incluido en el catálogo en línea de la biblioteca.
"Es grandioso tener estos libros de vuelta y ahora los estudiosos pueden tener acceso a ellos para ver lo que la gente tenía disponible en esos siglos para informarse", dice Kelly.
Y con esa decisión, más de tres décadas de misterio parecen haber llegado a su fin.

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