miércoles, 25 de mayo de 2011

"Viajando con la Señora D" - Primera Parte -

¡Qué contenta se sentía esa mañana, la Señora D! Estaba segura que la iba a pasar muy bien. Había madurado bastante en este tiempo, estaba mucho más centrada; ya no se pintaba el color de a mechones, ahora se lo pintaba íntegro. Un día amarillo rabioso tipo semáforo, otro de verde estridente, y al siguiente de un violeta tornasolado que hacía soñar con crepúsculos llenos de magia. Había dejado de ingerir sus uvas de vidrio, eso era para jardín de infantes, jejejeje...en estos momentos se dedicaba con un tesón digno de mejores obras, a comprobar in situ, la reacción química de los mentos aderezados con Coca – Cola. Era sumamente divertido - mientras su abdomen no explotara - ir volando por toda la casa, ir y volver como un Boomerang. Pero la razón de su contento actual se debía a que era la primera vez que viajaba a los Estados Unidos, y ya sabía lo necesario para hacer su estadía lo más grata posible. Claro que lo del día anterior fue apenas una pavadita sin importancia. ¿Le perjudicó a alguien acaso, la salida del avión cinco horas más tarde, por asuntillos de ella? ¡Que le muestren a quién, eso hubiera querido ver! No... estaba segurísima que pese a las caras, gritos, discusiones, y malhumor generalizado, incluida la tripulación – vaya desfachatez - eran todas fantochadas. No tenía la más mínima culpa, si justamente ese día olvidó sus documentos en la casa; primera vez que le sucedía. Además ¿cuál era la prisa de la gente que hacía cola desde dos horas antes, para que ella termine de encontrar la llave de una valija? El problema lo tenía la chica que se le ocurrió revisarla. ¿Que pesaba demasiado y hacía ruido? ¿Que le pareció sospechosa la valija? Pero miren ustedes si una valija va a tener cara de sospechosa ¿donde se ha visto? Al final, hubiera tenido que pedirle disculpas, ya que no encontró nada, sólo cincuenta botellas de Coca – Cola, porque le dijeron que allá la Coca – Cola venía de China y eso jamás lo hubiese tolerado. ¿Cómo se atrevieron a quitársela? Justamente era prioridad Uno, saber eso. Era muy capaz de contratar el mejor Estudio de Abogados para litigar. Aunque los representantes de la Compañía le dijeron al llegar a destino, que le iban a iniciar un juicio a ella! Era simplemente inaudito, increíble; ¿ese era el premio por querer salvarle la vida a todos?, ¿ a los pasajeros, a ella misma, a la tripulación, salvar todo el avión en suma?. Otra vez, si encontraba a su lado un turco o similar, con un maletín del cual salía un sonido como – Tic - Tac – Tic – Tac – no iba a decir nada y Santas Pascuas. Que explotara el avión y se cayeran todos al agua, paciencia. Fíjense lo que sucede cuando una es buena. Cuando una le dice en secreto a la azafata que debe hablar de forma urgente con el Capitán, y aunque se niega, va igual a la Cabina y golpea fuerte hasta que le abren la puerta y encerrada con ellos, les avisa del peligro inminente. Fíjense nomás lo que sucede, por ser una ciudadana modelo y denunciar al culpable y preservar la vida de todos. Nooo, si encima le iban a hacer juicio por el aterrizaje forzoso! Todo por agarrar ella una palanquita de morondanga, y realizar toda clase de maniobras pese a que la querían atar y amordazar para que dejase de gritar. Además, la isla donde aterrizaron era encantadora. Podría haberse quedado allí tranquilamente, pero no, quiso llevar todo a buen término y los acompañó hasta el final. ¿Tenía también la culpa de haber escuchado mal?, ¿que el señor turco o afganistano - vaya una a saber - llevase un juguete a pila para su hijo que parecía un reloj? por favor.


Bien, pero eso ya es historia y ahora veamos qué sucedió la noche anterior, apenas desembarcó. Se abrió paso como pudo a través de las Ambulancias, y sirenas de todo tipo. Realmente para meter bulla, eran especiales los gringos. Había una cantidad de luces y patrulleros impresionantes. Sabía que la buscaban para pedirle que declarara lo sucedido a bordo, pero no les iba a dar el gusto, no señor, se sentía muy cansada. ¿Le habían incautado su preciosa valija? Pues, el resto de las cosas ya no le importaban. Así que se dirigió a la salida como si tal cosa, y en menos que canta un gallo se encontró en un taxi, rumbo a su hotel. Al verla proceder tan naturalmente, a nadie se le ocurrió que terminaba de descender del jet, y mucho menos que era la ya famosa y enloquecida mujer que había puesto a prueba la paciencia de los pasajeros, y el espíritu de sacrificio de la tripulación.


En cuanto llegó, el cadete tras recorrer con ella cuatro kilómetros y medio desde el ascensor, le mostró su habitación. Estaba muy buena, y al verlo que esperaba en la puerta con su mano extendida, se la estrechó calurosamente y de paso le puso en las palmas sus zapatos para lustrar, pensando en lo amable que era.


Al retirarse el muchacho con cara de pocos amigos, se permitió al rato una pequeña picardía. Había observado que en varias puertas, colgaba del picaporte externo el pedido del desayuno, por lo tanto salió al pasillo y eligió el que le pareció más gracioso. Lo más interesante que tenía era que estaba escrito en un idioma parecido al japonés, por eso lo eligió sin dudar un segundo y lo cambió por su pedido de dos huevos y un jugo.


Al día siguiente...
Delia

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