sábado, 9 de julio de 2011

Leonardo, el ‘cazador de fósiles’ del arte clásico


'La Virgen, el niño y Santa Ana' de Leonardo da Vinci (Wikimedia Commons)Siempre nos asombramos cuando algún individuo de la antigüedad demuestra tener unos conocimientos muy avanzados para su época. Y un personaje que destaca siempre en este sentido es Leonardo da Vinci. Inventor capaz de imaginar el helicóptero en el Renacimiento, pintor de técnicas muy avanzadas a su época... y el primer geólogo "moderno". Sus observaciones sobre geología y paleontología se adelantaron varios siglos a su tiempo. En muchos de sus cuadros, como por ejemplo en 'La Vírgen, el Niño Jesús y Santa Ana', aparecen reflejados estratos sedimentarios, organizados en capas horizontales. Hoy en día todos sabemos que las capas que forman el suelo se van acumulando progresivamente, y que se puede asociar una capa determinada a una época concreta. Sin embargo, Leonardo fue de los primeros en considerarlo.
A parte de en sus cuadros, recogió un gran número de observaciones y explicaciones sobre estos fenómenos en el Códice Leicester. En este texto podemos encontrar un gran número de observaciones sobre paleontología y paleoecología, disciplina responsable de reconstruir los ecosistemas y las relaciones entre especies en el pasado remoto.
Hay que tener en cuenta que en época de Leonardo la teoría sobre la evolución ni siquiera había sido imaginada. Evidentemente, no se está diciendo que fuese un evolucionista, pero por sus escritos e ideas queda claro que no compartía ninguna de las dos principales corrientes de pensamiento que regían entonces.

La segunda filosofía se basaba en el pensamiento neoplatónico. Según esta escuela de pensamiento, los fósiles no eran restos de animales, sino que pertenecían al reino mineral. Se formaban, de alguna manera "mágica", creciendo en el interior de la tierra conforme a una idea universal que determina la forma de la fauna y flora. Tal como él observó, los fósiles marinos aparecían en zonas con estratos claramente relacionados con un ambiente anterior oceánico. Además, los fósiles suelen agruparse, del mismo modo en que aparecen juntas las conchas de distintos animales movidos por las mareas.
La primera de ella relacionaba todo lo concerniente a los fósiles con el diluvio universal. Leonardo observó que las conchas de los bivalvos (organismos como las almejas o los mejillones) no están cementadas en vida, sino unidas por un cartílago que se degrada al morir el animal. Por tanto, si las conchas aparecían juntas en un fósil, es porque el animal fue enterrado en vida. En cambio, si aparecían separadas era resultado de un transporte después de muertos. Si el diluvio hubiese sido responsable, si todos los seres hubieran muerto ahogados en el fondo marino, jamás aparecerían juntas.
A todo habría que sumarle sus estudios de esclerocronología, el estudio de las periodicidades de crecimiento. Los anillos de los árboles y las líneas de crecimiento de las conchas de los animales nos pueden dar su edad, una práctica muy común en la paleobiología actual, pero totalmente novedosa en el Renacimiento. Y el que los fósiles tuviesen edad, relacionada con las estaciones sobre la tierra, dejaba claro que no crecían bajo ella.
Sin duda, Leonardo da Vinci fue un hombre asombroso. Visto como geólogo, el "hombre del Renacimiento" razonaba como un científico de principios del siglo XX.



La segunda filosofía se basaba en el pensamiento neoplatónico. Según esta escuela de pensamiento, los fósiles no eran restos de animales, sino que pertenecían al reino mineral. Se formaban, de alguna manera "mágica", creciendo en el interior de la tierra conforme a una idea universal que determina la forma de la fauna y flora. Tal como él observó, los fósiles marinos aparecían en zonas con estratos claramente relacionados con un ambiente anterior oceánico. Además, los fósiles suelen agruparse, del mismo modo en que aparecen juntas las conchas de distintos animales movidos por las mareas.
La primera de ella relacionaba todo lo concerniente a los fósiles con el diluvio universal. Leonardo observó que las conchas de los bivalvos (organismos como las almejas o los mejillones) no están cementadas en vida, sino unidas por un cartílago que se degrada al morir el animal. Por tanto, si las conchas aparecían juntas en un fósil, es porque el animal fue enterrado en vida. En cambio, si aparecían separadas era resultado de un transporte después de muertos. Si el diluvio hubiese sido responsable, si todos los seres hubieran muerto ahogados en el fondo marino, jamás aparecerían juntas.
A todo habría que sumarle sus estudios de esclerocronología, el estudio de las periodicidades de crecimiento. Los anillos de los árboles y las líneas de crecimiento de las conchas de los animales nos pueden dar su edad, una práctica muy común en la paleobiología actual, pero totalmente novedosa en el Renacimiento. Y el que los fósiles tuviesen edad, relacionada con las estaciones sobre la tierra, dejaba claro que no crecían bajo ella.
Sin duda, Leonardo da Vinci fue un hombre asombroso. Visto como geólogo, el "hombre del Renacimiento" razonaba como un científico de principios del siglo XX.

La primera de ella relacionaba todo lo concerniente a los fósiles con el diluvio universal. Leonardo observó que las conchas de los bivalvos (organismos como las almejas o los mejillones) no están cementadas en vida, sino unidas por un cartílago que se degrada al morir el animal. Por tanto, si las conchas aparecían juntas en un fósil, es porque el animal fue enterrado en vida. En cambio, si aparecían separadas era resultado de un transporte después de muertos. Si el diluvio hubiese sido responsable, si todos los seres hubieran muerto ahogados en el fondo marino, jamás aparecerían juntas.
La segunda filosofía se basaba en el pensamiento neoplatónico. Según esta escuela de pensamiento, los fósiles no eran restos de animales, sino que pertenecían al reino mineral. Se formaban, de alguna manera "mágica", creciendo en el interior de la tierra conforme a una idea universal que determina la forma de la fauna y flora. Tal como él observó, los fósiles marinos aparecían en zonas con estratos claramente relacionados con un ambiente anterior oceánico. Además, los fósiles suelen agruparse, del mismo modo en que aparecen juntas las conchas de distintos animales movidos por las mareas.
A todo habría que sumarle sus estudios de esclerocronología, el estudio de las periodicidades de crecimiento. Los anillos de los árboles y las líneas de crecimiento de las conchas de los animales nos pueden dar su edad, una práctica muy común en la paleobiología actual, pero totalmente novedosa en el Renacimiento. Y el que los fósiles tuviesen edad, relacionada con las estaciones sobre la tierra, dejaba claro que no crecían bajo ella.
Sin duda, Leonardo da Vinci fue un hombre asombroso. Visto como geólogo, el "hombre del Renacimiento" razonaba como un científico de principios del siglo XX.                                                                                       
                                                      'La Virgen, el niño y Santa Ana' de Leonardo da Vinci (Wikimedia Commons)

'La Virgen de las rocas' de Leonardo da Vinci (Wikimedia Commons) 

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