lunes, 3 de febrero de 2014

Libros RS: El secreto de San Isidro, una historia de abusos en un colegio católico

Nicolás Cassese rompe el silencio sobre el caso Peter Malenchini


De eso no se habla. Cassese destapa un viejo secreto de su colegio. Foto de Vera Rosemberg
En San Juan el precursor, un colegio católico y elitista de San Isidro, no dejan -todavía- entrar a las mujeres. Entre hombres corre la culpa, la fantasía y la represión, pero también el abuso pervertido y criminal: treinta años después de consumadas, salen a la luz las degeneraciones a las que un respetado profesor de Plástica sometió a por lo menos nueve niños a principios de los años setenta. El escándalo es mayúsculo y, no exento de cierta vitalidad, hasta genera entusiasmo: algo pasa en el reino conservador.
Nicolás Cassese, que fue a ese colegio pero después de la felonía, ve el destape por tele, en el show de Rolando Graña, donde la producción se alió con los ex alumnos (incluida una de las víctimas) para hacerle una cámara oculta al pedófilo, donde confesó sus crímenes. Cassese es periodista -dirige la revista Brando y publicó un libro sobre la familia Di Tella- y decide investigar el caso; el resultado es este libro rápido y claro, que empieza transcribiendo la cámara oculta donde todo queda expuesto, y luego reconstruye la historia en un prolijo relato periodístico, incluyendo las cartas que en 1976 los padres de un niño "vejado" intercambiaron con Malenchini.
"El silencio fue peor que las violaciones", dice Luis María "Tupa" Belgrano, la víctima que más habló con Cassese, y el silencio no es tanto el de los varios chicos abusados que no se animaban a contar lo que vivían, como el de la dirección del colegio San Juan y de las autoridades católicas de San Isidro (incluidos Laguna y Casaretto), que apenas hubo indicios y denuncias operaron con la prioridad de que no hubiera escándalo ni se mancillara el nombre de la escuela, ni se viera incomodada la imagen de la alta sociedad aristocrática.
Contra la manipulación de Malenchini, la reacción parcial de los padres y el encubrimiento de las jerarquías, el libro se vertebra con el proceso por el cual un grupo de hombres hace frente a los horrorosos fantasmas que cargan desde la niñez. Ante el silencio que era la norma, ante el tabú del deseo y la naturalización del poder de la autoridad, los chicos que sufrieron la crueldad ruin del profesor Peter Malenchini se convierten, finalmente, en hombres libres. Se organizaron para escrachar, para denunciar, para enunciar su verdad públicamente, y ahí, al poder articular lo que el entorno en que se criaron mandaba a aguantar y a callar, dejan de ser chicos víctimas para constituirse como hombres que hacen justicia.
Por Agustín J. Valle

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