La larga travesía de la "Odalisca con pantalón rojo"
Redacción
BBC Mundo
Hasta diciembre de 2002 el Museo de Arte Contemporaneo de Caracas (MACC) estuvo exhibiendo un Matisse falso, sin saberlo.
El original podría ser una obra que recuperó esta semana el FBI en un hotel de Miami.
El cuadro del francés Henry Matisse apareció este martes en un lujoso hotel de Miami Beach, gracias a una operación encubierta que puso fin a una larga historia de robo y falsificación en el mundo del arte.En diciembre de 2002, mientras el país se consumía en el llamado paro petrolero promovido por la oposición al presidente Hugo Chávez, los responsables del museo informaron que alguien en algún momento se había llevado la Odalisca con Pantalón Rojo
Se estima que en algún momento entre diciembre de 1999 y abril de 2002 se llevaron la obra del MACC y dejaron la falsificación montada en el marco original. Nadie lo notó, ni siquiera los expertos.
El cuadro pudo desaparecer de la bóveda del MACC en una época de "incertidumbre institucional", dice la periodista venezolana Marianela Balbi en su libro "El rapto de la odalisca", una investigación sobre el caso publicada en 2009.
En conversación con BBC Mundo, Balbi explica que "al verla, en comparación con el original, te das cuenta de que es una copia de muy mala calidad".
"Pero tenía el elemento del marco original y estaba expuesta en el museo, lo cual le confería legitimidad. Probablemente muchos expertos que pasaron frente a la obra pudieron pensar que era una mala pieza de Matisse. Pero era difícil concluir que era un falso sin tener un punto de comparación", reconoce.
De Caracas a Miami
La operación encubierta del FBI
El estadounidense Pedro Antonio Marcuello Guzmán y la mexicana María Martha Elisa Ornelas Lazo fueron detenidas por agentes encubiertos del FBI cuando intentaban vender la "Odalisca con pantalón rojo".
Según el texto de la acusación contra ambos presentado este miércoles en un tribunal federal de Miami, e l lunes 16 Ornelas llegó procedente de Ciudad de México. Cargaba un cilindro rojo.
Al día siguiente, Marcuello y Ornelas se reunieron con agentes encubiertos del FBI que se hacían pasar por comerciantes de arte en un lujoso hotel de Miami Beach. Del cilindro rojo extrajeron lo que parecía ser lienzo perdido de Matisse.
Durante la negociación con los agentes Marcuello admitió que estaba al tanto de que se trataba de una pintura robada y pidió unos US$740.000 por ella.
Marcuello les contó que la pintura fue transportada a EE.UU. desde México, donde la tenían almacenada. Ornelas fue la persona que se encargó de transportarla. Cuando los agentes inspeccionaron la pintura, vieron que coincidía con la obra original de Matisse robada del MACC.
Marcuello y Ornelas fueron detenidos y tendrán una audiencia preliminar el 20 de julio. En caso de ser hallados culpables, enfrentarían una pena de hasta diez años de prisión.
La aparentemente recuperada Odalisca en Pantalón Rojo forma parte de la serie de odaliscas que Matisse desarrolló en Niza.
En 1981, Sofía Ímber, fundadora y directora del MACC hasta su destitución en 2001, la compró a la Galería Marlborough, de Nueva York, por US$480.000. Actualmente está valorada en US$3 millones.
De acuerdo con la investigación de Balbi, tras el robo la obra fue sacada de Venezuela y llevada a Miami donde intentaron meterla en el circuito de mercado de arte estadounidense.
La primera oferta, cuenta Balbi, tiene lugar en la Feria de Arte de Nueva York. Se la ofrecen a una galería francesa. Al tratarse de un Matisse se interesan en ella.
Los potenciales compradores consultan a Wanda de Guébriantar, certificadora oficial de la obra de Matisse y quien fue fundamental para la investigación emprendida por Balbi.
"De Guébriantar pensaba que se iba a encontrar con un falso, lo cual ocurre con mucha frecuencia. Para su sorpresa, halla que es un original. Pero ella, al ser la archivista de la sucesión Matisse, está al tanto de que esa obra le pertenece a un museo venezolano".
Ante esto, intenta comunicarse con el museo, con la ya para entonces exdirectora Sofía Ímber y con personas vinculadas a la institución. Nunca recibe confirmación de que aquella obra estuviera en venta.
Les pide a los vendedores la autorización de venta de la obra. Estos le hacen llegar una serie de documentos en inglés y notariados en Venezuela (pese a que Venezuela no se pueden notariar documentos en inglés).
"Hay una serie de indicios que revelan que es una documentación falsa, simplemente estaban tratando de lograr una certificación del cuadro para poderlo vender", dice Balbi. "Allí es cuando hay una primera alerta, empieza a salir la información, pero nadie le da crédito".
Estalla el escándalo
En diciembre de 2002 hay un segundo intento de venta de lienzo. Unos galeristas franceses le llegan con la pintura a Genaro Ambrosino, galerista venezolano radicado en Miami.
Ambrosino, al tanto de que "Odalisca con pantalón rojo" es una obra que pertenece al MACC, envía un correo electrónico de alerta con lo que se desata un escándalo en Venezuela.
"En un primer momento el museo lo niega, las autoridades culturales lo niegan. Luego, cuando se hace la experticia, tienen que reconocer que lo que hay allí es el falso", explica Balbi, quien en ese tiempo se desempeñaba como jefa de información cultural de El Nacional, uno de los principales diarios venezolanos.
Pese al escándalo, Balbi afirma que las investigaciones en Venezuela no avanzaron demasiado. Se interrogó a personas que trabajaban en el museo y otras involucradas con la investigación.
Para la elaboración del libro, Balbi realizó su investigación en París, Miami y Colombia, en un proceso que le llevó casi siete años.
"Más que descubrir el autor del robo, para mí tenía sentido reconstruir el caso de la Odalisca, profundizar en esos elementos que revelaban una serie de complicidades internas y una debilidad institucional que terminaron propiciándolo".
"Quise indagar en la inoperancia de los organismos a los que les tocaba investigar –fiscalía, los cuerpos policiales– al punto que no se logró solucionar al caso".
Por más de una década agentes de la Interpol, el FBI y las policías de Venezuela, Reino Unido, España y Francia, intentaron infructuosamente dar con una pista que aclarara el caso.
Tras la recuperación, desde Caracas el gobierno venezolano ha informado que espera corroboración de las autoridades estadounidenses para la eventual repatriación de la obra.
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