El pueblo chino dedicado a copiar obras de arte famosas
Jill McGivering
BBC
El pueblo de pintura al óleo de Dafen es una de las atracciones más importantes de Shenzhen, una importante ciudad en el sur de China, conocido tanto entre los visitantes locales como extranjeros.
Dafen construyó su reputación gracias a la habilidad de sus 5.000 artistas estimados y sus capacidades para pintar copias baratas y bien hechas de obras occidentales famosas.
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Pero en el último año, incluso el mercado de las copias de obras de arte ha empezado a sentir el impacto de la desaceleración económica global.
Muchos de los pintores están encontrando formas para adaptar sus pinceladas a los cambios en la demanda, al reflejar un cambio económico más general en una forma muy visual.
Laberinto de pinturas
Apenas el visitante entra a Dafen lo sabe: a unos pocos minutos a pie de la calle principal empezarán a aparecer óleos por doquier.
Están desplegados desde el piso hasta los techos en cada almacén, en un laberinto de callejones.
En el pasado, los artistas de Dafen producían copias y copias de obras de arte occidentales famosas. La mayoría eran enviadas a compradores en Europa, especialmente Alemania, y en Estados Unidos.
Todavía hay versiones expuestas de Van Gogh, Monet y otros, muchos en marcos cubiertos de oro.
Pero ahora los productos principales europeos están siendo reemplazados por arte tradicional chino.
Gran caída
El pueblo de pintores de Dafen
- Localizado en el distrito Longgang de Shenzhen, apenas al norte de Hong Kong
- Área: 0,4 kilómetros cuadrados
- Habitantes: 300
- Un artista de Hong Kong empezó un taller en el pueblo en 1989
- El gobierno local comenzó a promover la industria de pintura al óleo en 1998
Fuente: página de internet del pueblo de pintura al óleo de Dafen
Ye Jianhong tenía un taller con 500 artistas. Y entonces llegó la crisis económica global.
Él ahora ha reducido el número de sus empleados a unos 30 y, además, se ha visto obligado a trabajar en ventas para aumentar sus ingresos.
Habla conmigo en un almacén bien abastecido. En una pared hay una pequeña selección de reproducciones occidentales.
Muchas de las obras, sin embargo, son lienzos a gran escala de lagos nublados, pagodas y escarpadas montañas, retratos de niños chinos pícaros o bellezas chinas que posan con aire de superioridad.
"Acostumbrábamos a exportar mucho a mercados en el exterior", dice.
"Pero ahora hay una gran caída en ventas. Así que estamos enfocándonos en el mercado doméstico chino. Los chinos se están volviendo más y más ricos".
Señala, entonces, un montón de pequeños lienzos. Un artista podía pintar habitualmente 10 de esas copias al día.
Pero ahora les está pidiendo a sus artistas que se tomen su tiempo y mejoren la calidad de su trabajo.
Esa historia me la repitieron una y otra vez artistas de todas las edades y estilos.
Fue difícil verificar las cifras generales, pero el artículo de un periódico local dice que las exportaciones cayeron más de 50% en la primera mitad de este año.
Colores brillantes
Más adelante, en un callejón, me choqué con Weng Yuguo, un joven de 27 años con estilo, pelo de punta y pendientes de moda. Llegó a Shenzhen de su natal isla de Hainan y ha estado pintando desde que tenía 16.
¿Su especialidad? Bodegones clásicos occidentales de flores en urnas griegas.
Cuando lo vi por primera vez él estaba colgando en la pared un retrato húmedo de amapolas, recién terminado. A su alrededor había otros ejemplos de su obra.
Dijo que se demoró unos tres días pintando cada uno.
"Antes tenía clientes occidentales", me dijo. "Ahora todos mis clientes son chinos".
Hizo una pausa y pasó de observar sus amapolas húmedas a los tonos algo depresivos de las flores clásicas.
¿Hay alguna relación entre el cambio en el poder de compra global y su gama de obras?
"Hay una diferencia en el gusto", dice finalmente.
"Diría que los occidentales prefieren pinturas clásicas que tienden a ser muy oscuras. A los chinos les gustan los colores brillantes".